En el día después: ¡Volveremos a nacer!
El día después del final del coronavirus. Ese día será el momento preciso en el que saldremos de nuestros hogares con la seguridad de que todo ha terminado. Con la tranquilidad y agradecimiento de haber sobrevivido, con el orgullo de haber acatado el protocolo para estar a salvo en la cuarentena y para respetar la vida de los otros.
El día después será el instante indeleble en el cual saldremos reconfortados y convencidos de que la vida es bella y valiosa. Será el momento exacto para entender que valió la pena cuidarnos y de esa manera proteger a los otros. Saldremos libres, liberados, rompiendo cadenas, sanos en todo sentido mientras veremos los colores de la vida, de la existencia.
Y entonces, miraremos al cielo con los brazos abiertos, a nuestro alrededor, y observaremos desde el alma a los nuestros y a los otros mientras sentimos el pálpito de nuestra respiración, de nuestro corazón. Y nos veremos a los ojos diferente, sintiéndonos vivos: con una sonrisa serena, de agradecimiento inconmensurable por la vida que sigue.
Por fin, en el día después, respiraremos tranquilos y sabremos realmente cuánto significa todo lo que estuvimos a punto de perder.
El día después será cuando rompamos filas del acuartelamiento y veamos al mundo con otra mirada, con más valor, con más amor, con más solidaridad, con más pasión, con más agradecimiento a Dios y a los que nos rodean.
El día después respiraremos tranquilos, en paz, sin tapabocas de miedos ni de angustias y entonces… nos volveremos a abrazar, a entrelazar nuestras manos, a besar, a sentir que somos humanos, que amamos, que vivimos la vida, ¡y nos contagiaremos, sin problema ni miedos, de vidaaa!
En el día después habrá cesado la horrible noche y será la resurrección de nosotros como seres humanos para ser mejores en todo sentido. Entonces… ¡habremos vuelto a nacer! Amén.
Texto: Víctor Paparazzi –www.victorpaparazzi.wordpress.com
Foto: Cortesía.