El paraíso del Caribe Colombiano se puede explorar con la bioseguridad del Mercure Santa Marta.
Los viajes rurales en Colombia vienen creciendo y Santa Marta se ha posicionado como uno de los destinos más relajados, mágicos y auténticos para disfrutar de la naturaleza y realizar actividades al aire libre. Allí, en la playa de Bello Horizonte, se levanta el Mercure Santa Marta Emile, un hotel que conjuga la experiencia del grupo Accor, líder en hospitalidad con una inmensa gama de actividades culturales, deportivas y de naturaleza. Por eso, se ha concentrado en posicionar a la naturaleza como el máximo lujo.
“Además de nuestra reconocida oferta de hospitalidad, nos hemos especializado en brindar experiencias turísticas que van más allá del ‘Sol y Playa’ al proponer una verdadera inmersión en la cultura ancestral y costumbres magdalenenses y samarias”,
Una vez instalados, los turistas pueden optar por un sinnúmero de increíbles actividades de exploración. Eso incluye contemplar los más hermosos atardeceres del Caribe colombiano, visitar los Pueblos Palafitos de la Ciénaga Grande y experimentar un intercambio cultural con las comunidades de pescadores y artesanos instaladas a lo largo del litoral.
También es posible dirigirse al Parque Tayrona, un refugio de flora y fauna de 225 kilómetros cuadrados que alberga más de 350 especies de algas, 770 variedades de plantas –incluyendo la flor nacional de Colombia: la orquídea-, así como una gran cantidad de felinos tales como jaguares, ocelotes, tigrillos y pumas.
A solo 4 kilómetros del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar y con 140 habitaciones, Mercure Santa Marta Emile se ha convertido en la base ideal para explorar las maravillas naturales de la Sierra Nevada, territorio ancestral de los antiguos Tayronas y refugio de cuatro tribus indígenas que sobreviven al paso del tiempo: Koguis, Wiwas, Arhuacos y Kankuamos.
La Sierra Nevada es un santuario de naturaleza cuyas estribaciones llegan al pie del Mercure Santa Marta Emile. Este conjunto montañoso alcanza picos nevados a una altura de 5.775 metros sobre el nivel del mar, “Por ello se dice que allí se encuentran todos los pisos térmicos del mundo, desde playas tropicales, pasando por bosque seco y selva, hasta glaciares en la cumbre”, prosigue Alejandro Spinelli.
También le puede interesar (Informe de indicadores hoteleros evidencia que el 2020 fue un año nefasto para la hotelería en Colombia)
Los visitantes también pueden conocer Minca, un pueblo cafetero ubicado en a solo 45 minutos del Mercure Santa Marta Emile que tiene una gran variedad de ecosistemas. Allí, no solo es posible conectar con la cadena montañosa sino también con el río Pozo Azul y las Cascadas de Marinka, una singular caída de agua fría y cristalina que desciende desde los picos nevados.
El avistamiento de aves es otra maravilla del Magdalena. Los senderos y rutas ecológicos repletos de árboles frutales, matas de guadua y cultivos de café, cacao, plátano y maíz, forman el escenario ideal para la contemplación de diversas especies de pájaros.
Un hotel bioseguro
Mercure Santa Marta Emile cuenta con la certificación ALLSAFE establecida por Accor a nivel global la cual incluye más de 150 protocolos de bioseguridad para brindar a los huéspedes la garantía de un estándar certificado por Bureau Veritas. Así mimo, ostenta el sello “Check-In Certificado, Covid-19 bioseguro” del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo de Colombia.
Algunos de estos protocolos de salud y prevención incluyen un programa de limpieza reforzado con desinfección frecuente de todas las áreas de alto contacto, como ascensores y baños públicos; limpieza profunda de habitaciones con productos y materiales de limpieza de grado hospitalario, que incluyen tapicería, alfombras y limpieza de ropa de cama a altas temperaturas.